• Bienvenidos a Manos Limpias
Plaza del corrillo, 19 piso 1º, 37002 Salamanca (España)
Tel. 653 933 382
Atención al público
Jueves tardes
17:30 a 18:30

DESDE MANOS LIMPIAS PEDIMOS AL SUPREMO QUE ANULE LA CONDENA

DESDE MANOS LIMPIAS PEDIMOS AL SUPREMO QUE ANULE LA CONDENA

DESDE MANOS LIMPIAS PEDIMOS AL SUPREMO QUE ANULE LA CONDENA

DESDE MANOS LIMPIAS PEDIMOS AL SUPREMO QUE ANULE LA CONDENA EN COSTAS QUE IMPUSO LA AUDIENCIA DE PALMA

GRACIAS A NUESTRA  ACTUACIÓN PROCESAL COMO ACUSACIÓN POPULAR, CONSEGUIMOS SENTAR EN EL BANQUILLO DE LOS ACUSADOS A LA INFANTA CRISTINA EN EL JUICIO DEL CASO NÓOS, TAMBIÉN HEMOS PEDIDO AL TRIBUNAL SUPREMO, QUE ANULE LA CONDENA EN COSTAS QUE NOS IMPUSO EL TRIBUNAL DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE PALMA

Desde el Sindicato Manos Limpias, que ejercemos la acusación popular en el juicio del caso Nóos, hemos asegurado este miércoles ante el Tribunal Supremo que había «base» para condenar a la infanta Cristina, a quien la Audiencia de Palma consideró responsable civil a título lucrativo en la cuantía de 265.088 euros.

«Había tanta base que en la sentencia se llega a condenar civilmente a la infanta, no se le absolvió. Tiene que devolver dinero a todos los españoles, lo que sin la intervención de Manos Limpias no se hubiese producido».

Manos Limpias, fuimos la única parte que acusamos a la infanta, hemos recurrido ante el Supremo la condena en costas que nos impuso la Audiencia de Palma.

Nuestro letrado, José María Bueno, considera que «para que pudiera haber condena en costas, Manos Limpias se tenía que haber inventado» el material probatorio que hubo contra la infanta, algo que no hicimos, pues, ejercimos «una acusación popular de forma digna» y no actuamos con «temeridad». «No era una acusación baladí», puesto que «ni siquiera la Audiencia de Palma en su sentencia dice que era una acusación infundada» y «el informe de la Agencia Tributaria» en el que se basó la acusación «existía antes y existe después».

La sentencia de Nóos consideró que la infanta «desconocía» la existencia de «ilícitos penales» por parte de su marido, Iñaki Urdangarín, y no participó en su ejecución pero sí compartió el dinero ingresado en las cuentas Aizoon, la empresa de la pareja, por lo que la consideró responsable civil a título lucrativo.